Cómo evitar que tu coche sea un horno en verano

Si no tienes la suerte de conducir un vehículo eléctrico (EV) de los que permiten encender la climatización desde el teléfono móvil, subirte al coche en un día caluroso de verano puede llegar a ser como entrar en un horno de una fundición. Cuesta enfriarlo incluso dejando el coche al ralentí mucho tiempo con el gasto y las emisiones de que conlleva.

En los primeros momentos se tarda en alcanzar la temperatura deseada en el habitáculo, con el riesgo que conlleva la conducción con calor

Para paliar esta situación te damos dos sencillos trucos que permitirán una conducción segura.

1. Utiliza un parasol

Un consejo tan simple como efectivo. Son ligeros, baratos y en invierno apenas ocupan sitio en el maletero.

Sea la opción más o la más moderna, no lo dudes, es un gasto que merece la pena.

Sin un parasol, la radiación solar directa incide sobre el parabrisas y entra en el vehículo, calentando el interior. Esto puede provocar que las superficies interiores, como los asientos, el volante y el tablero, se vuelvan extremadamente calientes al tacto. Además, el aire atrapado en el automóvil se calienta, lo que aumenta aún más la temperatura ambiente.

Al colocar un parasol en el parabrisas, se bloquea parte de la radiación solar y se reduce la cantidad de calor que ingresa al interior del automóvil. Esto ayuda a mantener una temperatura más baja y más cómoda. Si el parasol tiene un recubrimiento reflectante en el lado expuesto al sol, puede reflejar una mayor cantidad de radiación solar y proporcionar una mayor protección contra el calor.

Aunque solo algunos modelos de parasoles lo permiten, es preferible colocar el parasol por fuera del cristal, ya incrementa el efecto aislante al no calentarse tanto el cristal.

Es importante destacar que incluso con el uso de un parasol, el interior de un automóvil estacionado al sol aún puede alcanzar temperaturas elevadas, por lo que es recomendable tomar precauciones adicionales.

2. Crear una corriente de aire más frío

1º Dejar todas las ventanas cerradas, excepto la del copiloto, que se baja por completo. 

2º Abrir y cerrar la puerta del conductor 5 veces seguidas. 

Este movimiento sacará el aire caliente del habitáculo y permitiría el ingreso de aire más frío del exterior.

Después de abrir y cerrar 5 veces deja de ingresar aire con temperatura ambiente al coche, porque la transferencia de calor ya terminó su proceso en el interior del vehículo.
 

Si el vehículo es familiar y dispone de portón trasero, también debe abrirse para facilitar el cambio de temperatura.

Si el vehículo dispone de techo móvil o ventana en el techo, si es posible dejarlo siempre tres centímetros abierto para facilitar el efecto chimenea y bajar la temperatura del vehículo durante su estacionamiento al sol.

3. Botón de recirculación del aire

Los sistemas de aire acondicionado y el climatizador de los coches cuentan con la función recirculación del aire o reciclaje del aire

El aire que ventila el habitáculo procede normalmente del exterior, al conectar el botón de recircular, el sistema de ventilación coge el aire del habitáculo, el coche se vuelve prácticamente hermético. 

La función principal del reciclaje del aire es evitar que entre aire sucio en el habitáculo. Por ejemplo, en un atasco dentro de un túnel, cuando pasamos cerca de una refinería o cuando pasamos por una zona cargada de polvo en el aire...

También es útil cuando la temperatura exterior es muy alta, si es activa este botón, tomará aire del interior que estará más frío y se aísla más de la temperatura exterior. El sistema alcanzará la temperatura deseada con mayor facilidad. 

En cualquier caso, no deberíamos utilizar la recirculación más de 10 minutos, porque el aire recirculado es un aire enrarecido que puede provocar somnolencia, reduciendo la concentración y la capacidad de reacción del conductor.