Zen Driving: Emociones y conducción

5 claves para conducir mejor

¿Nos transformamos en el coche?

Contrariamente a lo que mucha gente cree, en el coche nos comportamos como realmente somos, nos sentimos protegidos y como en casa. Sacamos lo peor de nosotros cuando nuestras emociones manejan las decisiones. Pero es que las emociones están siempre detrás de nuestras actuaciones al volante, no somos conscientes, pero son el filtro con el que vemos la realidad al conducir.

 

Cuando las emociones nos manejan

Al igual que la decisión en una compra tiene un alto componente emocional, al volante nos ocurre lo mismo. La gran mayoría de los conductores están dominados por  el cerebro emocional al tomar decisiones en las que su vida puede estar en juego. 

Cuando la acción de otro conductor nos altera podemos llegar a perder hasta un 37% de nuestra capacidad de atención. Llevar un vehículo pegado a nuestra parte trasera nos altera y produce un incremento del 27% de la variabilidad cardiaca, indicador clave del nivel de estrés. Conducir es una actividad mental compleja, en la que tomamos más de 100 decisiones por minuto y para que sean seguras debemos ser conductores emocionalmente inteligentes.

 

5 claves para ser un conductor emocionalmente inteligente

Conducir de forma inteligente además de evitarte accidentes te hará disfrutar mucho más de la experiencia. Sigue estos 5 sencillos consejos y lo comprobarás:

1. Supervisa tu vehículo

Antes de conducir, da una vuelta alrededor del coche para comprobar su estado. Además de evitar ser responsable de golpes que tú no has dado, te hará tomar conciencia de los que vas a hacer: conducir. Y sobre todo deja los problemas fuera, es probable que maduren en tu subconsciente y al terminar tu recorrido los veas con una mejor perspectiva.

2. Encuentra la postura.

Es fácil de comprobar como cuando dejamos de prestar atención al volante nuestra postura se ha relajado. La postura del loto es para meditar y la del piloto para conducir. Una postura adecuada permite al cerebro trabajar mejor.

3. Aprovecha las inercias

En las ciudades los conductores luchan desesperadamente por el más mínimo hueco en el tráfico. El espíritu competitivo nos induce a no facilitar las incorporaciones de otros conductores o a pisar el acelerador hasta el instante justo anterior de tener que pisar el freno. No luches contra el tráfico. Trata de sentirte como una hoja que flota en un río, sin intentar ir más rápido que las demás, conduciendo suavemente de forma que tengas que frenar poco y acelerar lo menos posible.

4. Gestiona el espacio

No mantener la distancia de seguridad produce intranquilidad al conductor que nos precede. El estado de tensión al que te sometes cuando no lo haces es casi un 15% superior. Circula dejando siempre 2 segundos con el vehículo que te precede y 2 metros cuando te detengas.

5. Transforma las situaciones

Transforma las situaciones para que nada ni nadie te altere. El conflicto no está en la situación en sí, sino en la interpretación que tu hagas de ella. El tráfico está repleto de situaciones que nos pueden dirigir hacia el conflicto. Utiliza la “técnica del bote vacío”. Ese vehículo que se cruzó o el que se coló es una barca sin remero arrastrada por la corriente. Un bote vacío navegando por tu río y que debes esquivar.

Las emociones son esenciales para la vida. Condicionan todas tus decisiones, incluso las que tomas al volante. No se puede conducir sin ellas, pero nos pueden matar. Conducir bien puede ayudarte a desarrollar tus capacidades y a manejar tus emociones. La conducción ZEN puede ayudarte a vivir mejor.