Conducir con niebla

¿Hay más accidentes con niebla?

La niebla es la condición adversa con mayor índice de gravedad.

La niebla es, sin duda, la condición adversa con mayor índice de gravedad.

Solo un 13% de los accidentes con víctimas (heridos o muertos) se producen en condiciones adversas climatológicas, porque en nuestras latitudes el clima es benigno y, cuando se complica, las velocidades de circulación se reducen. Pero sí aumentan el estrés en esas situaciones, que puede desencadenar comportamientos inseguros, los cuales generan un aumento de los siniestros, lo que todos entendemos como golpes de chapa.

Sin embargo, lo que ocurre con la niebla es diferente: cuando está presente se dan muy pocos accidentes, menos del 1%, pero 1 de cada 10 es mortal.

La conducción con niebla es la condición adversa con mayor índice de gravedad que podemos encontrar, por lo que es importante conocer y seguir las siguientes recomendaciones para la conducción con niebla.

La niebla, el enemigo invisible.

Muchos conductores han vivido esta estresante situación: de repente la carretera desaparece, con suerte se ven unas luces rojas a una distancia imprecisa… ¿habrá una curva? ¿habrá un coche parado?... Luego, un conductor adelanta a toda velocidad por el carril izquierdo y piensas ¿tendrá un sistema de navegación especial para niebla?

La niebla provoca riesgos que todos conocemos: pérdida de visión y de capacidad de reacción, mayor aumento de distancia de frenado por la humedad del piso, …, riesgos a los que incluso ese conductor con un “supuesto sistema de navegación especial para niebla” se ve expuesto.

Pero esa estresante situación por la niebla provoca el que es el principal riesgo, la fatiga: 30 minutos de conducción con niebla equivalen a 2 horas de conducción en condiciones normales, por el esfuerzo al que sometemos al sistema visual (ojo-cerebro) y por el análisis constante de situaciones de riesgo que hacemos al conducir sin una información visual precisa. Este es el enemigo realmente invisible, que debemos combatir, pues sus efectos persistirán aún después de desaparecida la niebla y lo peor es que muchos conductores no son conscientes de ello.

¿Cómo combatir el riesgo de la conducción con niebla?

Cuestión de saber adaptarse

Lo primero: ¿es necesario el desplazamiento con niebla?

Es lo primero que te debes plantear, porque no hay ningún desplazamiento tan importante como para no hacerlo de forma segura.

Sin embargo, en ocasiones puede sorprendernos una niebla repentina. En ese caso debes estar preparado para combatir sus riesgos, siguiendo las siguientes recomendaciones para la conducción con niebla.

Antes de salir: reduce el estrés

Comprobar del vehículo:

  • Revisar limpia parabrisas

  • Limpiar cristales por dentro y retrovisores

  • Revisar neumáticos: dibujo / presión

  • Revisar sistema anti vaho (A/C)

  • Revisar funcionamiento luces

Revisa la organización de tu desplazamiento:

  • Comprobar parte meteorológico en la ruta (app, redes sociales, info DGT)

  • Adaptar la jornada en horas y km: velocidad y descansos

  • Avisar si prevemos retrasos


Al volante: Adapta tu conducción

Mantener o aumentar distancia de seguridad: al menos 4 segundos

Si se tarda un segundo en reaccionar en condiciones normales:

  • 1/3 de segundo para recoger la información

  • 1/3 de segundo para decidir y

  • 1/3 de segundo para actuar

Con niebla la reacción es más lenta, pues tardamos más de un segundo en recoger la información y si estamos fatigados tardamos más tiempo en tomar la decisión.

Como el piso está mojado, la distancia de seguridad se puede duplicar o triplicar, y si se combina con temperaturas inferiores a 4ºC puede empezar a aparecer el hielo.

Emplea las luces de forma segura

No usar las luces largas: porque provocan un efecto espejo y deslumbrante.

Las luces antiniebla, se usarán si la visibilidad es inferior a 200 metros. Nuestra recomendación es que, si tienes dudas entre ponerlas o no, las pongas.


Adaptar la velocidad al distancia visible

¿Cómo saber hasta qué distancia llega mi vista? Toma como referencia algo fijo (una señal, un puente), fíjate a la velocidad que vas y cuenta los segundos que tardas en llegar. Después, aplica la fórmula de la imagen y sabrás tu alcance visual; en función de eso, la velocidad segura será la que te permita parar en esa distancia.

En conducción con niebla, la velocidad máxima es la que te permita frenar en esa distancia*.


*¿Sabes cómo calcular la distancia de frenado en función de tu velocidad?

Aumentar la frecuencia y duración de las paradas

Para evitar que la fatiga provoque decisiones lentas e inseguras, para más a menudo:

  • Con niebla, para cada hora.

  • Después de haber conducido por una zona de niebla, para 15 minutos, para descansar tu visa y tu cerebro.


¿Es seguro guiarse por las líneas de la carretera?

Si no tienes otra referencia, como otros coches, una valla con reflectantes… puede ser una buena opción, pero OJO: ¡¡Puede haber vehículos parados en el arcén!!





Y en caso de avería durante la conducción con niebla ¿cómo actuar?

Si no es posible parar fuera de la calzada, fuera del alcance del tráfico:

  • Bajarse por el lado derecho, con chaleco puesto

  • Andar por fuera de la calzada, con triángulo desplegado

  • Señalizar de forma segura, a 50 m. del vehículo y visibles a 100 m., siempre que la niebla lo permita

  • Quedarse fuera del vehículo, en un lugar seguro

  • Avisar al 112, si la situación es muy peligrosa


Señal V-16 ¿ayuda?

Si la niebla es muy intensa, no te ayudará mucho, pero no está de más que la coloques, en el techo o en la puerta, antes de bajarte por el lado derecho. Pero sé consciente de que es una luz con muy poca luminosidad y difícil de ver con niebla


Y los días de buen tiempo, la misma actitud

Recuerda que casi el 90% de los accidentes con víctimas ocurren en días perfectos de clima, por lo que es importante que esta actitud de anticipación que te provoca la niebla la mantengas también en días soleados y luminosos. Ahí el principal enemigo es tu propia confianza.